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Dejame que yo se…

Dejame que te cuide,

que te sobreproteja

que te complazca en todo.

Dejame decir y repetir

lo mismo una y mil veces

Dejame…

que yo te quiero…

Que al final es  lo único que yo se.

 

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A veces…

A veces siento la necesidad de gritarte cuanto te quiero,

como si mi querer no se notara cuando te miro…

cuando te beso, cuando te toco…

Es que a veces siento que no alcanza ni con miradas,

ni con labios, ni manos…

Y es que sin con eso no basta  ¿alcanzarán las palabras?

A veces siento que nada basta para mostrarte cuanto te quiero…

sencillamente porque ni yo se cuanto es eso…ni cuanto vale…

Menos se cuánto durará…igual, eso no  importa.

Eso si..no tengas dudas…mi amor es sincero.

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Buen puerto.

Se hace difícil encontrar el rumbo cuando se sabe qué se quiere pero no se sabe en donde se está…

a que altura del entregar…

a que distancia del que te necesiten…

a cuanto de perderse de uno mismo y en solo encontrarse en los ojos del otro…

A navegar…

a navegar sin detenerse a pesar de que haya tormentas…

que es mejor andar  aunque sea sin rumbo fijo y confiando en llegar a buen puerto.

Es mejor andar y perderse entre mares que quedarse la vida entera sin zarpar.

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La independiente.

La que no soporta que le controlen horarios,

la que no le gustan que le pregunten hacia donde va, que piensa hacer…

La que no le gusta hacer muchos planes, la que no depende de nada ni nadie.

¡Qué lejos que quedó esa Mara! ¿En donde se habrá metido?

A veces me desconciertan mis actitudes, sin embargo esta, la de empezar a depender…me está gustando. No deja de ser extraño aún, sin embargo de a poquito la disfruto.

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Al fin de cuentas.

LLegó el día en que me di cuenta que el descontrol se había instalado.

Desorden de ideas, de proyectos, de emociones.

Aquí y allá caos: en mi cabeza, en el corazón.

La lógica se fue a pasear y no avisó cuando pensaba regresar, así que me hice de una nueva amiga:la paciencia.

Caos…sigue el caos.

Y debe ser la costumbre porque me gusta este estado caótico de vivir…

Total, al fin de cuentas, quererte vale la pena.

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